Cirugía cardiovascular en tiempo de coronavirus

El coronavirus vino a modificar muchas de las actividades sociales y laborales de estos días, y la actividad quirúrgica y entre estas la cirugía cardiaca en el Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia en nuestro país, no fue la excepción.

Desde la primera semana que de dio la voz de alerta en nuestro país, el programa quirúrgico se vió afectado pues se tomaron medidas para disminuir el programa quirúrgico electivo ya que la determinación tiene el fin de liberar posibles espacios intrahospitalarios por un lado y por otro, el evitar la exposición de pacientes relativamente sanos, a medios que podría ser “zonas rojas” y así complicarlos de algo diferente de lo que vinieron.

Aun así, esta limitación quirúrgica dejo excepciones tales como, cirugía oncológica, trauma, urgencias cardiovasculares, entre otras, logrando realizarse un total de cerca de 1200 procedimientos quirúrgicos durante este mes de marzo.

Eso sí, con el pasar de los días la cantidad de procedimientos cardiovasculares se va limitando a urgencias extremas ya que la disponibilidad de camas en las unidades de cuidados intensivos se va disminuyendo pero el grado de dificultad clínica/operativa va aumentando , por un lado al ser casos de urgencias no siempre se operan en los mejores panoramas y condiciones y por otro lado algunos de estos pacientes se presumen portadores de Covid-19 o por ser un posible contacto de algún paciente covid-19 , entonces se presume positivo hasta comprobar lo contrario y se deben tomar algunas medidas de protección biológica que incluye mascarillas N95, caretas faciales ( en aquellos casos que se pueden utilizar), equipo de protección ocular, zonas de aislamiento facial ( para entubación del paciente) ropa descartable ( que suele ser las caliente de la normal ) , para todo el equipo quirúrgico en sala de operaciones ( anestesiólogos, perfusionistas, cirujanos, instrumentistas y circulantes).

Las mascarillas N95 son sin duda la mejor elección quirúrgica, pero, luego de 4 horas de uso se tornan bastante molestas por la compresión que generan, aumentando la fatiga a quien la utiliza. La recomendación general entre diferentes grupos de cirujanos alrededor del mundo, es el lavado de cara con agua y jabón una vez finalizado el procedimiento, incluyendo el retiro de la ropa de cirugía, extrayendo la camisa por el cuello de la misma y no por la parte inferior para evitar poner en contacto la porción anterior de la camisa con la cara.

Aún tenemos mucha que aprender de esta nueva patología que vino para quedarse y por ende debemos de extremar medidas para la evitar contagiar al personal de salud en el área quirúrgica y a los pacientes.

Guardar Artículo
Please login to bookmarkClose