Dra. Vivien Araya Gómez,
Cardióloga – Electrofisióloga,
Editora en Jefe Revista Costarricense de Cardiología.
Definitivamente el inicio de esta nueva década ha estado llena de retos en la medicina alrededor del mundo. Lo cual implica crear estrategias para hacer los ajustes y cambios necesarios para superarlos y abrir nuevas oportunidades. Como lo habíamos planteado en el número previo, una de estas estrategias, aprovechando el advenimiento de la virtualidad, han sido las reuniones mensuales que hemos mantenido a través de las redes sociales, específicamente por medio de los Facebook Live que se han realizado con cada uno de los autores de los artículos publicados en el ultimo número de la revista. Estamos muy satisfechos con la respuesta de las personas interesadas en cada uno de estos temas. Consideramos que de esta forma apoyamos a quienes han hecho el esfuerzo de enviarnos sus publicaciones y además les damos la oportunidad de interactuar directamente con los lectores interesados, quienes a su ves tienen la oportunidad de escuchar la información y aclarar dudas directamente del autor.
En este número me complace contar con la publicación del primer registro nacional de dispositivos de estimulación cardiaca: RECORDAME (Registro Costarricense de Resincronizadores, Desfibriladores Automáticos y Marcapasos Endovasculares).
Este ha sido un esfuerzo conjunto de los médicos que implantamos este tipo de dispositivos, así como las industrias que los distribuyen, que a través de sus técnicos han colaborado con la recolección de los datos. Reconocemos el esfuerzo del líder del proyecto, el Dr. Hugo Arguedas Jiménez, quien ha elaborado la base de datos y su análisis para presentarnos los datos que sin duda serán un referente para futuros estudios y estrategias de implementación y mejora en la aplicación de estas terapias en el país tanto a nivel de instituciones públicas como privadas.
El conocimiento preciso del uso que estamos haciendo de estos dispositivos nos permite saber cómo avanzamos y los puntos que debemos mejorar en base a la evidencia científica al momento actual.
En este primer informe del registro, a pesar del esfuerzo conjunto solo se logró documentar la información en un 40% del total de implantes totales consignados por las compañías distribuidoras. Será interesante analizar a futuro las causas de este porcentaje inferior a la mitad, podríamos pensar que hay varios factores, por ejemplo, no tenemos datos de la población pediátrica. Además, no es un registro obligatorio, por lo que posiblemente algunos implantadores hayan decidido no participar. Y queda la posibilidad del olvido de inclusión de pacientes por nuestra ajetreada agenda laboral. De cualquier forma es una buena muestra y un esfuerzo de agradecer a todos los que han tenido la voluntad de llevarlo a cabo.
Esperamos que este registro se pueda continuar y tener análisis comparativos en años venideros.
El campo de la electrofisiología cardiaca avanza rápidamente y es fundamental que tengamos la información de lo que se hace en el país. Esperamos que pronto se pueda organizar también el Registro Nacional de Ablación de Arritmias Cardiacas.
Queda siempre el reto de mejorar los registros y pensar en estrategias para lograrlo, con el fin de evaluar nuestra práctica médica y brindar el adecuado tratamiento de los pacientes.