La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en las mujeres. Si bien estas tienen una incidencia reducida de enfermedad cardiovascular ajustada por edad en comparación con los hombres, no quiere decir que esta patología sea inexistente en este grupo poblacional. Aún más llama la atención el peor pronóstico cardiovascular en las mujeres en comparación con los hombres. Y esto quizá se deba a que se ha subestimado los factores de riesgo y esta patología es subdiagnosticada en la mujer.
Si bien es cierto desde el punto de vista biológico hombre y mujer somos diferentes. A partir de un análisis cromosómico se nos lleva a diferencias anatómicas macroscópicas e histológicas a nivel cardiaco. Siendo así que macroscópicamente el corazón de las mujeres es de menor tamaño que el hombre, con cavidades de menor volumen un tabique interventricular más delgado, unas arterias coronarias de diámetro menor y válvulas más finas y delgadas, desde el punto de vista histológico ambos sexos poseen un número y tamaño de cardiomiositos semejante al inicio que durante el paso de los años van incrementando en tamaño en el hombre mientras que en la mujer conserva su volumen durante toda la vida. Estas diferencias anatómicas eventualmente expliquen las diferencias en presentaciones clínicas de la enfermedad cardiovascular en nosotras las mujeres.