Dr. Oswaldo Gutiérrez Sotelo1
1. Cardiólogo, electrofisiólogo. Profesor de Medicina, Universidad de Costa Rica, Universidad de Ciencias Médicas.
Tel +506 83682049, fax +506 22908600, oswcr@hotmail.com
El planteamiento es la parte más importante de la solución de un problema
Albert Einstein
La velocidad con la que se acumulan datos en el mundo es vertiginosa;1 esta revolución informática está generando avances impensables en el campo de la salud; grandes bases de datos compartidos a nivel global, están permitiendo conocer diferencias genéticas en poblaciones, datos estadísticos útiles para los planificadores de políticas de salud o identificando poblaciones en riesgo de enfermarse.
El “aprendizaje de las máquinas” (learning machine) está reemplazando habilidades que a los médicos les tomaba décadas de acumular experiencia; por ejemplo, las radiografías de tórax o las imágenes con resonancia magnética, son complementadas con información clínica y anatomopatológica; de forma que, mediante programas incorporados en los equipos, en cada nuevo caso, proveerán también una aproximación a la estirpe histológica de una masa o de una lesión, su respuesta a la terapia, etc.2 Mediante las redes neuronales artificiales (“deep learning”), que permiten a las computadoras descubrir patrones complicados en grandes conjuntos de datos, se exploran campos complejos como la visión por computadora, el modelado de lenguaje y la robótica.
Con un sencillo electrocardiograma, se puede predecir el sexo y la edad, la fracción de eyección y hasta quiénes están en riesgo de muerte súbita cardiaca.3-5 Relojes “inteligentes” llevan registros detallados de diversos parámetros cardiovasculares en tiempo real; y en un futuro, serán capaces de vigilar los niveles de distintos biomarcadores, con los cuales se podrá predecir si el individuo está próximo, por ejemplo, a una cetoacidosis diabética; solo con un selfie podemos obtener el valor de la presión arterial6 o incluso, saber si tenemos fibrilación atrial.7
A pesar de esta avalancha de progresos técnicos, desde el punto de vista clínico, todos ellos siguen siendo solo herramientas. Desde los tiempos de Hipócrates, recopilamos datos mediante la historia clínica y los exámenes complementarios; también los recopilamos y analizamos en las “bases de datos” y en los ensayos clínicos, desde hace décadas; como su nombre lo dice, se trata de datos que complementan a la impresión diagnóstica, elaborada por nuestro pensamiento, memoria, juicio y raciocinio; y en muchos casos, será la heurística, la intuición juiciosa u otras formas de pensamiento -y hasta la prudencia-, la que nos lleve por la senda del diagnóstico o un buen tratamiento–, incluyendo los casos en que es mejor no hacer nada;8 esto no lo logran algoritmos complejos que existen desde la década de los 70´s, ni la inteligencia artificial, tan mentada hoy en día.
Además, existen varios riesgos. El estudiante de medicina, que ha crecido con una tablet quizás antes de aprender a hablar, puede creer que todo lo hará el aparatito o sus programas; el tiempo que los médicos internos, residentes, enfermeras pasan frente a una pantalla, es cada vez mayor al que están frente al paciente;9 y es que el “big data” significa money. Los médicos corremos el riesgo de terminar en una precarización de nuestra profesión, digitando datos y ejecutando las indicaciones que el software nos ordene; esto conlleva a la proliferación de burócratas, al aumento absurdo de los costos de salud9,10 y a la competencia inútil por generar datos y publicar “papers” que al final, nadie lee.11 La privacidad de los datos, por ejemplo, genéticos, puede generar discriminación; datos mal procesados o programas de inteligencia artificial mal diseñados, pueden proveer hallazgos inexactos o no reproducibles; tan grave como lo que acaba de suceder a propósito de la pandemia de COVId-19, cuyos datos, manejados y publicados por empresas ajenas a los centros médicos, fueron erróneamente reproducidos por revistas médicas prestigiosas;12 el abuso de algunos gobiernos, justificándose con la pandemia, con los datos privados de las personas, la desinformación médica a la población a través de las redes sociales,13 entre otros.
Al menos en la próxima década, tal como lo enunció Einstein, todavía será necesario el concurso del pensamiento médico, la estimación del riesgo/beneficio con cualquier intervención -desde recomendar una aspirina hasta un bypass coronario-, la atención personalizada y la conversación educativa o compasiva con el paciente.14
1. Pavlus J. AI is moving too fast, and that’s a good thing. Fast Company Magazine. [Internet] 12-03-19. Accesible en: https://www.fastcompany.com/90429993/ai-is-movingtoo-fast-and-thats-a-good-thing?fbclid=IwAR0_lT4hCqlb4eO3hJRMLwSx5a2Nl6sx73Eyf7uhdpN0Eo5jm6g0TjssYg4
2. Pesapane F, Codari M, Sardanelli F. Artificial intelligence in medical imaging: threat or opportunity? Radiologists again at the forefront of innovation in medicine. Eur Radiol Exp. 2018;2(1):35.
3. Attia ZI, Friedman PA, Noseworthy PA, et al. Age and Sex Estimation Using Artificial Intelligence From Standard 12-Lead ECGs. Circ Arrhythm Electrophysiol. 2019;12(9):e007284.
4. Anderson KP. Artificial intelligence-augmented ECG assessment: The promise and the challenge. J Cardiovasc Electrophysiol. 2019;30(5):675-678.
5. Chatterjee NA, Tikkanen JT, Panicker GK, et al. Simple electrocardiographic measures improve sudden arrhythmic death prediction in coronary disease. Eur Heart J. 2020;41(21):1988-1999.
6. Hong Luo, Deye Yang, Andrew Barszczyk, Naresh Vempala, Jing Wei, Si Jia Wu et al. Smartphone-Based Blood Pressure Measurement Using Transdermal Optical Imaging Technology. Circulation: Cardiovascular Imaging. 2019; 12 (8): e008857
7. Benezet-Mazuecos J, García-Talavera CS, Rubio JM. Smart devices for a smart detection of atrial fibrillation. J Thorac Dis. 2018;10(Suppl 33):S3824-S3827.
8. Bunge M. El planteamiento científico. Rev Cubana Salud Pub [Internet]. 2017;43:(3)
9. Ofri D. The Business of Health Care Depends on Exploiting Doctors and Nurses. The New York Times (United States). 08-06-2019. Accesible en: https://www.nytimes.com/2019/06/08/opinion/sunday/hospitals-doctors-nurses-burnout.html?fbclid=IwAR2F7aWo-Ie3pZdY KakxdQSAqLO019EXjE53PAPWI3o8qrdAgAC_ktI4Xes
10. Gutiérrez O. Editorial: Cambiar paradigmas. Sociedad Interamericana de Cardiología [Internet] 01-02-2020. Accesible en: http://www.siacardio. com/editoriales/pensamiento-critico/cambiar-paradigmas/?fbclid=Iw AR1apwX3ryvj4lB4hjaf0_nmGM304UNk8xf7JE3Kyd6rnFvKlNoEJo4R
11. De Ambrosio M. El drama de escribir papers para casi nadie. Diario “El Clarín” (Buenos Aires, Argentina). 19-07-1918. Accesible en: https:// www.clarin.com/revista-enie/ideas/drama-escribir-papers-nadie_0_ Hk77ydRQX.html
12. Hopkins JS, Gold R. Hydroxychloroquine Studies Tied to Data Firm Surgisphere Retracted. The Wall Street Journal (United States). 05-08-20. Accesible en: https://www.wsj.com/articles/authors-retract-study-thatfound-risks-of-using-antimalaria-drug-against-covid-19-11591299329
13. Hill JA, Agewall S, Baranchuk A, et al. Medical Misinformation: Vet the Message!. Circulation 2019;139:571–572
14. Nam S. ¿La atención médica se verá alterada? Proyect-syndicate.org [Internet] 05-01-2017. https://www.project-syndicate.org/commentary/ artifical-intelligence-disrupting-health-care-by-spencer-nam-2017-01