2024 Volumen 26 N° 1-2

Publicado Diciembre, 2024

Los niveles elevados de lipoproteína (a) [Lp(a)] han demostrado ser un factor independiente, causal de enfermedad cardiovascular aterosclerótica y de estenosis aórtica. A pesar que se estima que niveles elevados de Lp(a) pueden afectar aproximadamente al menos 1 de cada 5 individuos, es un elemento poco utilizado en la práctica clínica y usualmente solo se solicita rutinariamente en centros especializados. No obstante, su rol en la cardiología preventiva está bien establecido y ha tomado mayor relevancia en la práctica actual, publicaciones científicas y guías internacionales.

Su descubrimiento se remonta el año 1963 por el genetista Kare Berg, quien buscaba nuevos componentes de histocompatibilidad Rh y de forma fortuita analizó la sangre de un paciente con Lp(a) elevada. Posteriormente logró identificar pacientes con elevación plasmática de Lp(a) y los llamó inicialmente como pacientes Lp(a) positivos y Lp(a) negativos. Décadas más tarde la asociación con enfermedad cardiovascular, avances en el diagnóstico, mejor compresión de la aterosclerosis y la posibilidad de modificar sus niveles ha aumentado el interés y compresión de este factor de riesgo cardiovascular.

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