Karen A Dueñas-Criado FSIAC
Especialista en Medicina Interna, Epidemiología, Cardiología, Cardióloga Clínica. Clínica Valvular Fundación CardioInfantil – LaCardio. Bogotá Colombia. Sociedad Colombiana de Cardiología y cirugía Cardiovascular SCC.
Ana G. Múnera Echeverri. FSIAC. FACC. FeSISIAC
Especialista en Medicina Interna, Cardiología, Ecocardiografía. Sociedad Colombiana de Cardiología y cirugía Cardiovascular SCC. Coordinadora SIAC COMUNIDAD.
Claudia Victoria Anchique Santos
Especialista en Medicina Interna y Cardiología. Directora Cardiología y Rehabilitación cardiaca Mediagnóstica, Duitama, Colombia. Sociedad Colombiana de Cardiología y cirugía Cardiovascular SCC.
CORRESPONDENCIA
Karen A Dueñas-Criado
Celular: +573007022904
E-mail: kduenas@lacardio.org
D.4 – Menopausia y Obesidad
La obesidad en Latinoamérica. La epidemia de obesidad representa una crisis mundial de salud pública y contribuye a 2.8 millones muertes/año. En la región de las Américas1, se prevé para el 2030 que 34,4% de hombres (134 millones) y 39,72% de mujeres (164 millones) tengan índice de masa corporal (IMC) ≥30 kg/m2, de estas: 79 millones tendrán IMC≥ 35kg/m2 y 32 millones con IMC≥ 40kg/m2.
Menopausia, estrógenos y obesidad. Las razones principales de obesidad en la menopausia son: disminución de actividad física (AF) y aumento del consumo calórico, que asociado a la reducción de los niveles de estrógenos alteran el gasto energético total, perdiéndose la capacidad para limitar la acumulación de tejido adiposo, generando un metabolismo disfuncional de los adipocitos con pérdida de la estimulación del receptores de estrógeno alfa (ER) y beta (Er) y un aumento de la actividad de la aromatasa que conduce a disfunción metabólica sistémica, finalizando en un ciclo de inflamación y lipotoxicidad2,3. La menopausia también está asociada a depresión, con aumento de la ingesta de alimentos, mala calidad sueño, reducción de AF y obesidad3.
Distribución grasa. La menopausia se asocia con cambios en la composición corporal y acumulación de grasa visceral, dada por reducción de masa magra y aumento de masa grasa. Women’s Health Initiative-WHI demostró incremento de la grasa del tronco en morfología “pera” (HR 1,91;1,33- 2,74)2. Se estima un aumento constante de peso de 0,5 kg/ año3. Esta grasa abdominal como órgano endocrino produce adipoquinas que están asociadas con resistencia a la insulina, diabetes, cáncer de mama, demencia y enfermedad cardiovascular (ECV)2,3.
Consecuencias en la ECV. La obesidad es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular (FRC) para el desarrollo de hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus tipo 2 (DM2), dislipidemia, trastornos del sueño, falla cardiaca, hipertrofia ventricular izquierda y ECV. El impacto de la obesidad en la ECV es mayor en mujeres: es así como el Framingham Heart Study, detectó que la obesidad aumentó el riesgo cardiovascular (RCV) 64% en mujeres vs 46% en hombres, y aumentó la incidencia de falla cardiaca 5% en hombres y 7% en mujeres por cada aumento de 1 unidad del IMC2,3. Fig. 1.
Manejando la obesidad en la menopausia. El ejercicio y alimentación saludable son las mejores terapias4. Terapias emergentes: GLP1 y Orlistat deben considerarse. Tabla 1.
D.5 – Menopausia e inactividad física
Inactividad física en el mundo. Las cifras de sedentarismo a nivel mundial son preocupantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 25% de los adultos en todo el mundo son físicamente inactivos. La inactividad física es responsable de aproximadamente el 10% de las muertes por enfermedades no transmisibles como enfermedades cardiacas, diabetes, cáncer de mama y colón.
Las personas que no son suficientemente activas físicamente tienen un riesgo del 20% al 30% mayor de mortalidad por todas las causas, en comparación con aquellos que realizan al menos 30 minutos de AF de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana5.
En la región de las Américas5 el 31.5% de los adultos no realizan suficiente AF de acuerdo con las recomendaciones de la OMS (tabla 1), para obtener los beneficios para la salud. Este alto nivel de sedentarismo es más común en las mujeres que en los hombres (32.2% vs 22.7% respectivamente) en todas las edades y en todos los grupos socioeconómicos, evidenciando que a medida que las mujeres envejecen tienden a disminuir aún más la AF5,6 lo cual es muy importante durante la menopausia cuando se necesita un mayor cuidado de la salud y prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.
Menopausia, envejecimiento e inactividad física. El envejecimiento afecta la salud cardiovascular tanto en hombres como en mujeres, sin embargo, la línea del tiempo es diferente para ambos sexos, lo cual se relaciona con la pérdida de estrógeno durante la menopausia en mujeres de mediana edad, y en consecuencia se sabe que la menopausia conduce a una significativa y rápida disminución de la salud cardiovascular7. Dependiendo de la inactividad o AF de la mujer, este envejecimiento presenta diferencias en la salud vascular; el envejecimiento inactivo en las mujeres se caracteriza por aumento rápido de la tensión arterial, mayor vasoconstricción simpática y mayor cantidad de vasoconstrictores circulantes como el tromboxano A2, así como disminución de la formación y eficiencia de los vasodilatadores periféricos, aumento de la reactividad plaquetaria, inflamación y riesgo trombótico; la acumulación de las especies reactivas de oxígeno (como aniones superóxido) con menor biodisponibilidad del óxido nítrico (NO), afecta la función endotelial, y una baja densidad capilar con baja relación capilar-fibra.
A diferencia de estos cambios, en el envejecimiento activo en las mujeres, hay conservación de la salud vascular tanto en la macro-vasculatura como micro-vasculatura, con deterioro más lento comparado con mujeres sedentarias, oponiéndose a los efectos del envejecimiento y de la transición menopáusica sobre la salud cardiovascular7,8.
Actividad física y menopausia. Si las mujeres han sido sedentarias, no es demasiado tarde para volverse activas; si el ejercicio regular se inicia alrededor de la transición menopáusica, las consecuencias vasculares del envejecimiento y la menopausia pueden mitigarse parcialmente y tiene mayor efecto que esperar más tiempo para comenzar8. Revisiones sistemáticas han evidenciado efectos en reducción del tejido adiposo y visceral, circunferencia de cintura (CC) e IMC7 , mejoría en la capacidad respiratoria y la masa magra9, disminución de los niveles de presión arterial en las mujeres hipertensas y prevención de la aparición de HTA en normotensas, y disminución de la severidad de los síntomas somáticos7,8.
La AF y el ejercicio reduce riesgos cardiovasculares, mejora parámetros metabólicos, promueve la calidad de vida y el bienestar de la mujer menopaúsica10. La prescripción de las recomendaciones de AF y la motivación para su implementación es una estrategia fundamental en el manejo de la mujer en la menopausia. Tabla 1.
1. World Atlas Obesity 2022. Call for global action plan on obesity at World Health Assembly un May 2022. https://www.worldobesity.org/ resources/resource-library/world-obesity-atlas-2022
2. Maas, AHEM., Rosano, G., Cifkova, R., Chieffo, A., van Dijken, D., Hamoda, H., et al. Cardiovascular health after menopause transition, pregnancy disorders, and other gynaecologic conditions: a consensus document from european cardiologists, gynaecologists, and endocrinologists. Eur Heart J. 2021; 42(10): 967-984.
3. Powell-Wiley, T. M., Poirier, P., Burke, L. E., Després, J. P., Gordon-Larsen, P., Lavie, C. J., et al. Obesity and cardiovascular disease: a scientific statement from the American Heart Association. Circulation. 2021; 143(21): e984-e1010.
4. Visseren, F. L. J., Mach, F., Smulders, Y. M., Carballo, D., Koskinas, K. C., Bäck, M., et al. ESC National Cardiac Societies; ESC Scientific Document Group. 2021 ESC Guidelines on cardiovascular disease prevention in clinical practice. Eur Heart J. 2021; 42(34): 3227-3337. Erratum in: Eur Heart J. 2022; 43(42): 4468. PMID: 34458905.
5. Informe sobre la situación mundial de la actividad física https://apps. who.int/iris/bitstream/handle/10665/366042/9789240067813-spa. pdf?sequence=1&isAllowed=y consultado marzo 2023
6. Guthold, R., Stevens, G., Riley, L., & Bull, F. Worldwide trends in insufficient physical activity from 2001 to 2016: a pooled analysis of 358 population-based surveys with 1.9 million participants. Lancet Glob Health. 2018; 6(10): e1077-e1086.
7. Rodrigues, R., Lemos Carvalho, B., & Neves Gonçalves, G. Effect of physical exercise on cardiometabolic parameters in postmenopause: an integrative review. Rev Bras Geriatr Gerontol. 2019; 22(5): 1-16.
8. Tamariz-Ellemann, A., Wickham, K. A., Nørregaard, L. B., Gliemann, L., & Hellsten, Y. The time is now: regular exercise maintains vascular health in ageing women. J Physiol. 2022; 0.0: 1-14.
9. Juppi, H., Sipila, S., Cronin, N., Karvinen, S., Karppinen, J., Tammelin, T., et al. Role of Menopausal Transition and Physical Activity in Loss of Lean and Muscle Mass: A Follow-Up Study in Middle-Aged Finnish Women. J. Clin. Med. 2020; 9: 1588-1607.
10. Marín-Jiménez, N., Ruiz-Montero, P.J., De la Flor-Alemany, M., Aranda P., & Aparicio, V. A. Association of objectively measured sedentary behavior and physical activity levels with health- related quality of life in middle-aged women: The FLAMENCO project. Menopause. 2020; 27(4): 437-443.