Consejo de Cardiopatías en la Mujer – Sociedad Interamericana de Cardiología
COORDINADORAS
Claudia Almonte
Maria Alayde Mendonça-Rivera
Carolina Artucio
REVISORAS
Gabriela Borrayo
Judith Zilberman
Martha Sánchez-Zambrano
Monica Acevedo
Maria Paniagua
CORRESPONDENCIA
Claudia Almonte
email: claudiaalmonte@hotmail.com
celular: 1 (809) 756-6061
Maria Alayde Mendonça Rivera
Profesora Titular de Cardiología – Universidad Federal de Alagoas – Brasil
Coordinadora del Consejo de Cardiopatías en la Mujer de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC) 2017-2018.
Presidente del Departamento de Cardiología de la Mujer de la Sociedad Brasileira de Cardiología (SBC) 2014-2016
email: malayde1@uol.com.br
celular: +55.82.993418294
Claudia Almonte
Jefa de la Unidad de Cardiología CEMDOE – República Dominicana
Pasada Presidente Sociedad Dominicana de Cardiologia (Sodocardio) 2017-2019
Coordinadora del Consejo de Cardiopatías en la Mujer de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC) 2022-2023
Carolina Artucio
Cardióloga intervencionista del Centro Cardiovascular Círculo Católico de Montevideo – Uruguay
Secretaria del Consejo de Cardiopatías en la Mujer de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC) 2022-2023.
¿Por qué escribimos una “Toma de la Sociedad Interamericana de Cardiología sobre el riesgo cardiovascular en la transición menopáusica y en otras situaciones relacionadas con las hormonas sexuales?”
La menopausia es un momento en la vida de la mujer determinado por la pérdida de la función folicular ovárica, con la consiguiente disminución de los niveles de estrógenos circulantes en la sangre y que marca el final de los años reproductivos1.
Los cambios hormonales que se inician durante la transición menopáusica afectan muchos sistemas biológicos, generando trastornos relacionados con el sistema nervioso central; cambios metabólicos, de peso, cardiovasculares y musculoesqueléticos; atrofia urogenital y cutánea; y disfunción sexual2.
La mayoría de las mujeres en todo el mundo experimentan la menopausia entre los 45 y los 55 años como parte natural del envejecimiento biológico1-3.
Aunque algunas mujeres perciben la menopausia como otra etapa natural de la vida, sin implicaciones negativas asociadas a ella, los cambios hormonales durante este período pueden generar síntomas que afectan el bienestar físico, emocional, mental y social de la gran mayoría2-5.
Los síntomas experimentados durante y después de la transición a la menopausia varían sustancialmente de persona a persona, en intensidad y duración2.3. Los síntomas característicos de la transición a la menopausia y los primeros años posmenopáusicos son los síntomas vasomotores (SVM), que incluyen sofocos y sudores nocturnos; otros incluyen síntomas genitourinarios, de la función sexual, depresión y trastornos del sueño2.3.
Además, la menopausia se asocia con obesidad central, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y un perfil lipídico aterogénico4.
Hay informes de que algunas mujeres menopáusicas tienen pocos o ningún síntoma; sin embargo, las estimaciones sugieren que el 75% de ellas tendrá alguna combinación de síntomas y el 25% encontrará estos síntomas debilitantes, hasta el punto de afectar las actividades diarias y la calidad de vida2,3. Algunas pueden tener síntomas durante varios años2,3.
Es importante resaltar que los síntomas muy intensos observados durante la menopausia pueden ser clasificados como angustiantes, principalmente porque ocurren en una época en que la mujer desempeña papeles importantes en la sociedad, en la familia y en el ámbito laboral2.
Las mujeres con síntomas menopáusicos severos tienen ocho veces más riesgo de no poder trabajar, lo que determina menor productividad, más ausentismo, terminación anticipada de los contratos de trabajo, lo que lleva a un aumento de los costos relacionados con el empleador y con el sistema de salud2-4.
En la posmenopausia se produce un aumento de la pérdida ósea, pérdida de cognición y aumento del riesgo cardiovascular (con aumento de la prevalencia de cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, enfermedad vascular periférica, fenómenos tromboembólicos, fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca), así como en la mortalidad cardiovascular2-4.
La percepción e interpretación de los síntomas de la menopausia y su impacto en la vida cotidiana de las mujeres están influenciadas por el entorno social y cultural2,3.
Alrededor del 20% de las mujeres en el mundo perciben la menopausia como una enfermedad, independientemente de la ocurrencia o de la intensidad de los síntomas2,3. El conjunto de alteraciones biológicas que se dan en esta etapa de la vida contribuyen en muchas mujeres a un empobrecimiento de su autoimagen y a una percepción de deterioro físico, psíquico y social, que contribuyen a una disminución en la calidad de vida personal y de las relaciones2-5.
El gráfico 1 muestra los cambios biológicos tras la menopausia y sus posibles consecuencias sobre la salud y las relaciones personales, sociales y laborales.
La terapia hormonal con estrógenos en la menopausia (asociados a la progesterona en mujeres con útero) sigue siendo el mejor tratamiento para los síntomas vasomotores, reducción de la pérdida ósea (prevención de fracturas) y (administrados localmente) síntomas genitourinarios6,7.
Sin embargo, ensayos clínicos publicados entre 1998 y 2002 demostraron que la terapia hormonal con estrógenos equinos conjugados (0,625 mg), solos o asociados a medroxiprogesterona (2,5 mg)/día, no reduce el riesgo de eventos cardiovasculares en el seguimiento de mujeres en prevención primaria o secundaria de las enfermedades cardiovasculares; además, se observó una asociación entre esta forma de terapia hormonal y un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, tromboembolismo venoso, cáncer de mama y demencia2-4,6,7.
Estudios posteriores demostraron que la terapia hormonal puede estar indicada para el tratamiento de los síntomas vasomotores, con un efecto positivo en la prevención de la pérdida ósea, en mujeres menores de sesenta años o que se encuentran dentro de los diez años del início de la menopausia y no tienen contraindicaciones específicas para su uso2-4,6,7.
Existe, por tanto, hoy, en América Latina y en el mundo, un gran número de mujeres, cuyo bienestar físico, emocional, mental y social se ve afectado por la menopausia y sus secuelas, que necesitan de una orientación específica sobre su propio cuidado en esta etapa de la vida, en la que muchas de ellas vivirán alrededor de un tercio de su vida1.
Por otro lado, debido a la escasez de estrategias actualmente existentes para el tratamiento de los síntomas y complicaciones de la menopausia, es necesario educar a las mujeres que aún no están en la menopausia sobre cómo llegar a ese momento con buena salud4,6,7. En este proceso, las mujeres deben ser orientadas hacia el uso de estrategias de prevención primaria y secundaria de los factores de riesgo cardiovascular y de otras enfermedades, mediante la combinación de dietas adecuadas, actividad física regular, estrategias de control del estrés, la ansiedad y la depresión, además del tratamiento farmacológico, cuando esté indicado2-4,6,7.
En el escenario de la actividad profesional, por ejemplo, parece adecuado preocuparse por ofrecer a las mujeres que se encuentran en esta etapa de la vida entornos más adecuados (en cuanto a ventilación y temperatura), flexibilidad horaria y cambios de turno, orientación sobre intervenciones que ayuden con el control de los síntomas y como mejorar la calidad de vida, así como la posibilidad de compartir experiencias y buscar soluciones junto con otras mujeres2,5.
Y debido a la importante contribución al desarrollo de la enfermedad cardiovascular en la mujer, hemos incluido aspectos fundamentales sobre el riesgo cardiovascular en otras situaciones relacionadas con las hormonas sexuales, como la menarquia precoz, el uso de anticonceptivos hormonales, el síndrome de ovario poliquístico, el uso de testosterona en la mujer y el riesgo cardiovascular en personas transgénero.
Esas son las razones por las cuales se elaboró y redactó esta toma, con la colaboración de cardiólogos y profesionales de otras áreas médicas, representantes de todos los países de América Latina, quienes también ayudarán en la difusión del documento a los profesionales que cuidan de la salud de la mujer y a las mujeres que reciben tal cuidado.
1. World Health Organization. Menopause. https://www.who.int/newsroom/fact-sheets/detail/menopause. Acceso: 29 de abril de 2023.
2. Monteleone P, Mascagni G, Giannini A, Genazzani AR, Simoncini T. Symptoms of menopause — global prevalence, physiology and implications. Nature Review-Endocrinology. 2018; 14: 199–215.
3. Carter AE & Merriam S. Menopause. Med Clin N Am. 2023; 107: 199–212
4. Maas AHEM, Rosano G, Cifkova R, Chieffo A, van Dijken D, Hamoda H et al. Cardiovascular health aftermenopause transition, pregnancy disorders, and other gynaecologic conditions: a consensus document from european cardiologists, gynaecologists, and endocrinologists. European Heart Journal. 2021; 00: 1–18.
5. Brewis J. Menopausa no espaço de trabalho brasileiro: agenda de pesquisa para estudiosos de gestão e estudos organizacionais. FGV EAESP. ERA. São Paulo. 2022. 62: 1-7.
6. NAMS POSITION STATEMENT. The 2022 hormone therapy position statement of The North American Menopause Society. Menopause. 2022; 29 (7): 767-794.
7. Hormone therapy for the primary prevention of chronic conditions in postmenopausal persons. US Preventive Services Task Force Recommendation Statement. JAMA. 2022; 328(17): 1740-1746.